La distribución de la jornada establece una alternancia entre periodos tranquilos, esenciales para crear un clima de seguridad , y otros momentos que favorecen situaciones nuevas, los cuales provocan el despertar de la curiosidad de los infantes, potenciando una actitud permanente de descubrimiento.

La organización del tiempo es muy flexible para adecuarse al ritmo de actividad descanso de las niñas y niños y está regida por sus ritmos biológicos.

La vida sosegada permite ofrecer unos cuidados de calidad en relación al apego, higiene, comida y sueño.

En nuestro devenir diario siempre están presentes momentos de movimiento y juego libre, el contacto con la naturaleza, la lectura de cuentos, las rimas, los juegos bailados y el arte.

Se promueve la motivación interna de las niñas y niños con la finalidad de favorecer su autonomía y, por tanto, en la jornada diaria, destacan actividades de vida práctica, relacionadas con el cuidado personal, el cuidado del entorno,el control del propio cuerpo y nociones básicas de gracia y cortesía.

Se concede mucha importancia a los rituales para dar paso de actividades de expansión a las de concentración. Esto permite que los infantes puedan reconocer de modo anticipado lo que va sucediendo en el día, lo cual les transmite seguridad y disfrute, provocando un deseo de participación.